Acosado por la sed recorrí valles y estepas en busca de una fuente.
-¡Es inútil! -me dije-. No hay agua: aquí se acaba mi vida.
Al instante se levantaron desde la tierra mil voces para gritarme a coro:
-Caminante, si hay sed tiene que haber una Fuente. Camina.
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